“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto”
(Apocalipsis 2:1)
La vida está llena de prioridades. ¿Quién de nosotros no ha puesto en una agenda una lista de actividades, de entre las cuales, jerarquiza unas en los primeros lugares, y otras bajo el renglón de “por si tengo tiempo”? Y este asunto de las prioridades es algo que, querámoslo o no, forma parte de la vida cotidiana de las iglesias. Y la iglesia somos los creyentes!
En esta quinta edición sobre el Poder de la Iglesia veremos lo que deben ser las prioridades de la iglesia a la luz del ejemplo de Éfeso. Y cual su prioridad última como tal. Veamos.
Acompáñame en tu Biblia al libro de Apocalipsis, el capítulo 2, versículos 2 y 3: “Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero no lo son; y has descubierto que son falsos. Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte”
-EL SERVIR A DIOS ES IMPORTANTE. Dice el versículo 2: “Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia”.
La iglesia en Éfeso era una iglesia “esforzada”.
Me llama la atención que la palabra “OBRAS” que aparece en este versículo, es la traducción de la palabra griega “KOPOS”. “Kopos” es la palabra utilizada para el trabajo duro. El tipo de trabajo que hace sudar, que exige toda energía y concentración. Es la clase de trabajo que nos deja exhaustos.
¡La iglesia de Éfeso era una iglesia que, no sólo “trabajaba”, sino que “trabajaba duro”!
La Iglesia, está llamada a trabajar para el establecimiento del Reino de Dios y su Justicia en este mundo. La Iglesia de Cristo no es una organización pasiva sino un Cuerpo Activo, donde cada miembro trabaja para el cumplimiento de la Voluntad Divina.
La Iglesia en Éfeso entendía eso. Era una iglesia trabajadora, activa, que proponía, que marchaba hacia adelante. Era una iglesia que servía a Dios con intensidad.
El trabajo duro es importantísimo en una iglesia local, sin embargo, no es lo más importante.
-EL CONOCIMIENTO BÍBLICO ES IMPORTANTE
Dice la segunda parte del versículo 2: “Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero no lo son; y has descubierto que son falsos”
Los creyentes de Éfeso no daban lugar a falsas doctrinas, falsos maestros o engañadores mentirosos.
Hace algunos meses apareció un artículo en una publicación cristiana, en donde mencionaban que un buen porcentaje de creyentes evangélicos desconocía las doctrinas básicas de su fe. Cuestiones como la salvación a través de la fe, el cielo, el infierno, la vida después de la muerte, la Biblia, y otras, eran confusas para un porcentaje de las personas que encuestaron. ¡Qué tristeza! Sin embargo, esto no ocurría en la iglesia de Éfeso.
La iglesia de Éfeso era una iglesia con conocimiento de la Palabra de Dios. Una iglesia que perseveraba en la sana doctrina. Una iglesia segura de su fe.
El conocimiento es importantísimo en una iglesia local, sin embargo, no es lo más importante.
-LA PERSEVERANCIA ES IMPORTANTE
Dice el versículo 3: “Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte”
Una definición de perseverancia es la siguiente: Es la cualidad de no desfallecer ante las pruebas o las dificultades. No rendirse. No desmayar.
Pareciera típico en muchos creyentes que ante el primer obstáculo, la primera dificultad, la primera piedra en el camino, ¡tiramos la toalla!
¡Y esto pasa también en la iglesia! Comienzan 12 o 15 personas en un grupo de discipulado, o en un grupo de estudio bíblico en casa, y terminan 3 o 4 solamente. Se comienza un culto de oración con gran ánimo y a las pocas semanas asisten 5 personas. Hay proyectos que se inician en las iglesias y llevan años en el tintero.
En Éfeso esto no ocurría. Una característica de la iglesia en Éfeso es que eran pacientes, perseveraban, soportaban a pesar de las circunstancias. Era una iglesia que llegaba al final. Que persistía. Que no tiraba la toalla.
La perseverancia es importantísima en una iglesia local, pero no es lo más importante.
-¡NUESTRA RELACIÓN DE AMOR CON DIOS ES LO MÁS IMPORTANTE!
Dice el versículo 4: “Sin embargo, tengo en tu contra que has dejado tu primer amor” ¿Es posible que una iglesia sea trabajadora, sana doctrinalmente y perseverante, pero que se olvida de su relación diaria, íntima, personal con Dios? La Biblia nos dice que sí.
Al igual que a los efesios, Jesús nos llama a volver a ese primer amor. Nos aclara que “esto era necesario hacer, SIN DEJAR DE HACER aquello” (Mateo 23:23). Jesús dejó bien claro que el mandamiento más importante es AMAR A DIOS con todo nuestro ser (Marcos 12:30). Todo lo demás debiera ser resultado de esa intensa y amorosa comunión con Dios. Que en nuestras agendas eclesiásticas, llenas de actividades importantes, no exista otra que supere el tiempo que pasamos profundizando en nuestra relación de amor y adoración a Él.
¡BENDICIONES!
-Ptor Héctor Murillo