“La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo; tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin”
(Deuteronomio 11:11-12)
El comienzo de un nuevo año es un momento especial y lleno de significado pues marca el inicio de una nueva temporada. Es una oportunidad para reflexionar sobre el pasado, hacer planes para el futuro y renovar nuestra fe y propósito en Dios. La Biblia ofrece una guía valiosa para recibir el nuevo año con una perspectiva espiritual y enriquecedora. En este artículo, exploraremos algunos fundamentos bíblicos para recibir el año con esperanza, fe y propósito.
Reflexión y Agradecimiento
Antes de embarcarnos en el viaje del nuevo año, es esencial tomarnos un tiempo para reflexionar sobre el año que ha pasado y agradecer a Dios por todas las bendiciones que hemos recibido. En la Biblia, encontramos el Salmo 100:4 que nos insta a entrar en su presencia con acción de gracias:
"Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre" (Salmo 100:4).
Este versículo nos recuerda que es importante presentarnos ante Dios con un corazón agradecido. Independientemente de las circunstancias que hayamos enfrentado durante el año pasado, siempre hay algo por lo cual agradecer. Incluso en medio de las pruebas y desafíos, podemos encontrar consuelo en las palabras del apóstol Pablo:
"Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (1 Tesalonicenses 5:18).
Este pasaje nos exhorta a dar gracias en todas las circunstancias, confiando en que Dios está trabajando para nuestro bien.
Renovación Espiritual
El inicio del nuevo año es un momento propicio para renovar nuestra relación con Dios y fortalecer nuestra vida espiritual. Las promesas de Dios nos recuerdan la importancia de esperar en el Señor y renovar nuestras fuerzas:
"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán" (Isaías 40:31).
Este versículo nos anima a confiar en Dios, depositar nuestra esperanza en Él y esperar en Su dirección. La renovación espiritual también implica buscar a Dios a través de la oración y la lectura de Su Palabra, como se menciona en Jeremías 29:13:
"Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón".
Al buscar a Dios con todo nuestro corazón, Él se revelará a nosotros y nos guiará en nuestro camino durante el nuevo año.
Estableciendo Metas con Sabiduría
Es común que en el comienzo del año nos fijemos metas y propósitos de fe para el futuro. La Biblia nos ofrece principios sabios para establecer nuestras metas y aspiraciones.
"Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados" (Proverbios 16:3).
Al entregar nuestras metas y planes a Dios, podemos estar seguros de que Él guiará nuestros pasos y nos dará dirección. También es importante recordar que nuestras metas deben estar alineadas con los principios bíblicos y centradas en el crecimiento espiritual y el servicio a los demás. El apóstol Pablo nos exhorta a seguir adelante y alcanzar nuestras metas en Cristo:
"Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Filipenses 3:13-14).
Este pasaje nos anima a seguir adelante con determinación, enfocados en alcanzar la meta del llamado de Dios en nuestras vidas.
Confianza en el Futuro
El futuro puede parecer incierto y, a veces, aterrador, pero como creyentes, podemos confiar en que Dios está en control y tiene un plan para nuestras vidas. Nuestro buen Dios nos lo recuerda diciendo:
"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis" (Jeremías 29:11).
Como creyentes, podemos aferrarnos a la promesa de que Dios trabaja todas las cosas para nuestro bien (Romanos 8:28) y que Él es nuestro refugio y fortaleza en tiempos de angustia (Salmo 46:1).
Meditemos en esto:
Al recibir el nuevo año con esperanza, fe y propósito, podemos encontrar dirección y fortaleza en la Palabra de Dios. Que cada paso que demos esté fundamentado en la Palabra de Dios y en Su amor inmutable que nos guía a lo largo de cada día de nuestras vidas. ¡Que Dios nos bendiga en este nuevo año y nos guíe en cada paso que demos!
BENDICIONES
-Ptor Héctor Murillo