En un mundo lleno de incertidumbre, estrés y desafíos, muchas personas se preguntan si es posible vivir una vida que trascienda lo ordinario. La respuesta es un rotundo sí. Dios no nos ha llamado a una vida de mediocridad, sino a una vida de propósito, victoria y profundo significado. En Juan 10:10, Jesús declara: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia". Esta vida abundante no es un sueño lejano, sino una realidad que podemos experimentar cuando tomamos decisiones intencionales alineadas con la voluntad de Dios.
En este artículo, exploraremos cuatro compromisos que transformarán tu vida: Voy a ser feliz, voy a ser ferviente, voy a ser fuerte y voy a ser fiel. Estos compromisos no son simples frases motivacionales, sino principios bíblicos respaldados por la Palabra de Dios. A través de estos compromisos, descubrirás cómo vivir una vida extraordinaria que glorifique a Dios y bendiga a los demás.
La felicidad no depende de las circunstancias
Uno de los mayores mitos sobre la felicidad es que está ligada a las circunstancias externas. Muchos creen que serán felices cuando consigan un mejor trabajo, una relación ideal o cuando resuelvan sus problemas financieros. Sin embargo, la Biblia nos enseña que la verdadera felicidad es una elección interna, no una condición externa. En Filipenses 4:4, el apóstol Pablo escribe: "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!". Estas palabras fueron escritas desde una prisión, lo que nos muestra que la felicidad no depende de lo que sucede a nuestro alrededor, sino de nuestra conexión con Dios.
Rick Warren, en su libro Una vida con propósito, afirma: "La felicidad es una elección, no una condición. No depende de lo que sucede fuera de ti, sino de lo que sucede dentro de ti". Esta perspectiva nos invita a tomar la decisión de ser felices, no porque todo esté perfecto, sino porque confiamos en que Dios está en control.
El gozo del Señor es nuestra fortaleza
En Nehemías 8:10, encontramos una poderosa verdad: "El gozo del Señor es vuestra fortaleza". Este versículo nos recuerda que el gozo no es solo un sentimiento, sino una fuente de poder espiritual. Yiye Ávila, uno de los grandes evangelistas del siglo XX, solía decir: "El gozo del Señor no es la ausencia de problemas, sino la presencia de Cristo en medio de ellos". Cuando decidimos ser felices, estamos eligiendo confiar en que Dios puede obrar en cualquier situación, por difícil que parezca.
Cómo cultivar la felicidad
Gratitud: En 1 Tesalonicenses 5:18, leemos: "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús". La gratitud nos ayuda a enfocarnos en las bendiciones que tenemos, en lugar de las carencias.
Comunión con Dios: La felicidad verdadera se encuentra en la presencia de Dios. Salmo 16:11 dice: "En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre".
Servicio a otros: Jesús dijo: "Más bienaventurado es dar que recibir" (Hechos 20:35). Cuando servimos a otros, experimentamos una profunda satisfacción y alegría.
El fervor como expresión de amor
El fervor es la llama que mantiene viva nuestra fe. En Apocalipsis 3:15-16, Jesús advierte a la iglesia de Laodicea: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". Este pasaje nos muestra que Dios desea que seamos apasionados en nuestra relación con Él y en nuestra servicio a Su obra.
Claudio Freidzon, en su libro Pasión por Dios, escribe: "Sin pasión, la vida espiritual se vuelve rutinaria y sin sentido. El fervor es lo que nos mantiene vivos espiritualmente". El apóstol Pablo era un ejemplo de este fervor. En Hechos 20:24, declara: "Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios".
Cómo avivar el fervor
Oración constante: La oración es el combustible que aviva nuestra pasión por Dios. En Lucas 18:1, Jesús enseñó que "es necesario orar siempre, y no desmayar".
Estudio de la Palabra: La Biblia es nuestra fuente de inspiración y guía. Salmo 119:105 dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino".
Comunión con otros creyentes: Hebreos 10:24-25 nos exhorta a no dejar de congregarnos, sino a animarnos unos a otros en el amor y las buenas obras.
El fervor en la adoración y el servicio
Morris Cerullo decía: "Dios no usa a personas frías, usa a personas que arden por Él". La adoración ferviente nos conecta con el corazón de Dios, y el servicio ferviente nos permite ser instrumentos de Su amor en el mundo. En Romanos 12:11, Pablo nos insta: "En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor".
La fortaleza viene de Dios
La vida cristiana no está exenta de luchas, pero Dios nos ha dado Su fuerza para vencer. En Filipenses 4:13, Pablo declara: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Esta fortaleza no es humana, sino divina. En Isaías 40:29, leemos: "Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas".
Guillermo Maldonado enseña que "la fortaleza no es la ausencia de debilidad, sino la presencia de Dios en medio de ella". Cuando nos sentimos débiles, es precisamente cuando podemos experimentar el poder de Dios en nuestra vida. Como dijo el apóstol Pablo: "Cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Corintios 12:10).
Cómo desarrollar fortaleza espiritual
Confianza en Dios: Proverbios 3:5-6 nos dice: "Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas".
Armadura espiritual: En Efesios 6:10-18, Pablo nos habla de la armadura de Dios, que incluye el escudo de la fe, la espada del Espíritu y el yelmo de la salvación.
Perseverancia: Santiago 1:12 nos anima: "Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida".
Fortaleza en las pruebas
Cash Luna dice: "Dios no te da una vida sin problemas, pero te da la fuerza para superarlos". Las pruebas son oportunidades para crecer y fortalecernos. En Romanos 5:3-4, Pablo escribe: "Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza".
La fidelidad como estilo de vida
La fidelidad es la clave para terminar bien la carrera. En Apocalipsis 2:10, Jesús dice: "Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida". La fidelidad no es un evento, sino un estilo de vida que honra a Dios en todo momento. Dante Gebel, en su libro El código Jesús, nos desafía: "No se trata de empezar bien, sino de terminar bien".
Marylin Hickey afirma: "Dios no busca personas perfectas, sino personas fieles". En 1 Corintios 4:2, leemos: "Ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel". La fidelidad se manifiesta en nuestra obediencia a Dios, en nuestra integridad y en nuestro compromiso con Su obra.
Cómo cultivar la fidelidad
Obediencia a Dios: Juan 14:15 dice: "Si me amáis, guardad mis mandamientos".
Integridad en lo pequeño: Lucas 16:10 nos recuerda: "El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel".
Perseverancia en la fe: Hebreos 10:23 nos exhorta: "Mantengamos firme la profesión de nuestra fe sin vacilar, porque fiel es el que prometió".
La recompensa de la fidelidad
La fidelidad no pasa desapercibida ante los ojos de Dios. En Mateo 25:21, Jesús dice: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor". Nuestra fidelidad en la tierra será recompensada en la eternidad.
Amados hermanos, hoy tienes la oportunidad de tomar una decisión que marcará tu vida para siempre. Voy a ser feliz, voy a ser ferviente, voy a ser fuerte y voy a ser fiel. Estos cuatro compromisos no son solo palabras, sino un llamado a vivir una vida extraordinaria, una vida que refleje el amor, el poder y la gracia de Dios.
Recuerda las palabras de Rick Warren: "Dios no te creó para sobrevivir, sino para prosperar". Hoy, Él te está invitando a levantarte, a creer, a avanzar con fe y a vivir una vida que deje huella. No te conformes con lo ordinario; Dios tiene un plan extraordinario para ti.
Que el Espíritu Santo te impulse a tomar estos compromisos y a vivir una vida que glorifique a Dios y bendiga a los demás. ¡Esta es tu hora, este es tu momento! ¡Vive una vida extraordinaria!
Oración final:
"Señor, hoy te entregamos nuestros corazones. Ayúdanos a ser felices, fervientes, fuertes y fieles. Transforma nuestras vidas y úsanos para Tu gloria. En el nombre de Jesús, amén."
Ap. Héctor Murillo