“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
(Hebreos 4:12)
La palabra de Dios es la herramienta que generalmente Dios usa para tratar con el hombre. La misma es tomada por el Espíritu Santo para operar en el corazón del ser humano y producir cambios positivos y a nivel sobrenatural. De allí que a la palabra de Dios se le llame la Espada del Espíritu (Efesios 6:17).
En esta tercera lección sobre el PODER DE LA PALABRA podremos observar algunos de los efectos maravillosos de la palabra de Dios en el ser humano. Veamos:
-LA PALABRA DE DIOS TIENE UN EFECTO ORIENTADOR.
La palabra de Dios es fuente de sabiduría para propios y extraños. Y para los creyentes es la regla de fe y conducta.
Sin duda alguna, para la toma de decisiones la palabra de Dios es como una brújula para el viajero, o el astrolabio para el marino, o como una plomada para el constructor. De allí que el salmista rogara a Dios: “Dame entendimiento CONFORME A TU PALABRA” (Salmos 119:169). Y esa oración sin duda es respondida para todo aquel que desea obedecer la palabra de Dios, por ello la misma escritura dice: “Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos” (Salmos 111:10).
Ante asuntos que no estén cabalmente claros o entendidos, la palabra de Dios es como una lumbre en medio de la oscuridad. Y por ello el escritor sagrado le dice a Dios: “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105). De igual forma, la oración de todo creyente para con su Dios debiera ser: “Ordena mis pasos con TU PALABRA” (Salmos 119:133). Un buen consejo: Antes de decidir consulta SU PALABRA!
-LA PALABRA DE DIOS TIENE UN EFECTO SANTIFICADOR.
El salmista declara: “Sumamente pura es TU PALABRA” (Salmos 119:140), y el apóstol Pablo testifica: “La ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Romanos 7:12).
Lo anterior nos revela que la naturaleza misma de la palabra de Dios tiene un efecto santificador en nuestras vidas. Por eso mismo Jesús oró al Padre en favor de sus discípulos, diciendo: “SANTIFÍCALOS EN TU VERDAD; tu palabra es verdad” (Juan 17:17).
El rey David declaró: “En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti” (Salmos 119:11). El apóstol Pablo nos exhorta, diciendo: “LA PALABRA DE CRISTO more en abundancia en vosotros” (Colosenses 3:16). Pues cuando la palabra de Dios abunda en nuestras vidas nos impulsa a vivir vidas santas. Y eso nos lleva al punto de clamar: “He aquí yo he ANHELADO tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia” (Salmos 119:40).
-LA PALABRA DE DIOS TIENE UN EFECTO VIVIFICANTE. La palabra de Dios es vida. Y Cristo así lo declara: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y SON VIDA” (Juan 6:63). El rey David suplicó: “Vivifícame con TU PALABRA” (Salmos 119:154).
El efecto vivificante de la palabra de Dios se verifica en al menos tres dimensiones:
Primero, su palabra vivifica emociones positivas: “Me regocijo en TU PALABRA, Como el que halla muchos despojos” (Salmos 119:162). Y el profeta Jeremías dijo: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y TU PALABRA me fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jeremías 15:16). Segundo, su palabra vivifica nuestro cuerpo físico y espiritual. Dice: “Envió su palabra, y los sanó” (Salmos 107:20a). De Jesús se dice: “CON LA PALABRA echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos” (Mateo 8:16). Y tercero, su palabra vivifica nuestros recursos: “…Y los libró de SU RUINA” (Salmos 107:20b)
Jesús, la palabra encarnada declaró: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan EN ABUNDANCIA” (Juan 10:10). Su palabra VIVIFICA!!!
-LA PALABRA DE DIOS TIENE UN EFECTO MOTIVADOR.
La palabra de Dios está llena de promesas para los que la creen y la obedecen. El sabio Salomón escribió: “El que menosprecia el precepto perecerá por ello; Mas el que teme el mandamiento será RECOMPENSADO” (Proverbios 13:13). Respecto a los mandamientos de Dios el Salmista dice que: “En guardarlos hay grande GALARDÓN” (Salmos 19:11).
Cuando se leen las promesas de bendición, paz, abundancia, salvación y demás, que la palabra de Dios emite, sin duda nos motivamos. Es más, para cada situación que atravesemos existe promesa de Dios en su palabra. Pablo apóstol escribe: “porque todas las PROMESAS DE DIOS son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.” (2 Corintios 1:20). Y como si fuera poco, Jesucristo le dijo a sus discípulos: “Si permanecéis en mí, y MIS PALABRAS permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” (Juan 15:7). Esto SÍ que motiva!!!
-LA PALABRA DE DIOS TIENE UN EFECTO SALVÍFICO.
Finalmente, la palabra de Dios SIEMPRE nos llevará a Jesús para salvación. Jesús dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis LA VIDA ETERNA; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Aquel que crea lo que dice la Biblia terminará reconociendo a Jesús como su salvador, revelado en la palabra de Dios. Y aquel que rechaza la Biblia termina en perdición. Por eso el escritor de los salmos, de manera tajante exclama: “Lejos está de los impíos la SALVACIÓN, Porque no buscan tus estatutos” (Salmos 119:155).
Quiera Dios podamos cantar: “Tu SALVACIÓN he esperado, oh Jehová, Y tus mandamientos he puesto por obra” (Salmos 119:166).
GRACIAS DIOS MIO, POR TU PALABRA EN MI VIDA!!!
-Ptor Héctor Murillo